• Día de la Madre, 1972

    Mirada maternal

    “Cuando pinto la imagen de una madre, no puedo pintar una madre que no sea cariñosa. La pinto como si fuera la pura representación del instinto maternal...”, comentaba Chihiro. Estaba convencida de que todas las madres del mundo comparten la característica de ser cariñosas, tener una fuerte presencia, sentir intensamente la necesidad de proteger al niño. Ella continuó pintando anhelando un mundo en paz donde los niños no sean lastimados. Por haber pintado a muchos niños, se tiende a pensar que también representó a muchas madres; de hecho no es así. Quizás sea porque aun cuando se traten de obras en las que están ilustrados solo los niños, a través de sus figuras que expresan tranquilidad, satisfacción y relajación, se puede palpar la presencia de la madre que vela por ellos.