Arquitectura del Museo de Arte Chihiro
(Relato del arquitecto Hiroshi Naito) En 1993 empecé a diseñar el Museo de Arte Chihiro de Azumino. Cuando fui a ver el terreno a inicios del otoño, noté las cargadas espigas doradas de arroz en las terrazas y, más allá, las montañas ligeramente nevadas de Hakuba. Y me pregunté si sería correcto destruir todo este hermoso paisaje para hacer un parque y además construir un edificio. Y mi respuesta fue que si se iba a destruir este paisaje, se debía crear un lugar que armonizase con él. (…) Mientras tomaba un respiro después de terminar la obra de Azumino, surgió el tema de la reforma del museo de Tokio. Se aspiraba conservar el edificio ya que estaba presente en los recuerdos de muchas personas pero debimos reconstruirlo ya que la estructura del edificio no cumplía con las normas reformadas tras al Gran Terremoto de Hanshin. Para conservar el espíritu del edificio anterior, se preservaron grandes árboles que se reubicaron estratégicamente. (…) El museo de Azumino se convirtió en un museo de arte de gran escala y funcionalidad tras diferentes obras de ampliación. Tanto la arboleda como el edificio del museo de Tokio se integraron armoniosamente a la zona residencial de los alrededores. (…) Anhelo que el edificio se convierta en el telón de fondo de momentos fructíferos.